- Deveras-deveritas!!
- ¿Al borde? . . . Mmch! que exagerancia eh!!
- Te juro!
- Debió haber sido otra cosa.
- ¡Que no! ¡Que fue eso! No pudo haber sido otra cosa.
- Neta, si estaba normal?
- Osh! QUE SÍÍÍ!!! ¿Crees que miento? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?
- Ohhh que la! Que no! . . . pero psss . . . es como rarito no?
- Haber , ¿cuándo te he mentido? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh? . . . NUN-CA!!!
- No psss efectivamente, nuncamente me has mentido, o al menos no te he cachado, porque perita en dulce/máquina de decir verdades . . . pssss tampoco eh!
- ¡Ahhhh! ¡Ahora resulta!
- Ohhh, bueno, bueno, ya! Te creo pues!
- Nooo, no, tampoco me des por mi lado!
- Ohhh, bueno, bueno, ya! No te creo pues!
- Pee-peero ¿poooorrrrqué? Acaso es imposible? ¿que de tan poca credibilidad gozo? Acaso los defiendes? ¿te pagan o les debes? ¿conoces al dueño? ¿es tu wey, tu su vieja y merece tú absoluta obediencia? . . . Yo, YOOO SOOOOY TUUU PAAAA-DREEE!!!!
- Tssss . . . cá-cá-ma-ra jefe! Nomás no muy Dard Veriderss eh!!
- Aaay, es que te pasas! ¿cuántas veces te he contado esa anécdota?
- No psss chingos.
- Y qué? ¿aún así dudas?
- Noo psss es de que el hecho que la repitas, y la repitas, y la repitas, y la repitas . . . y la repitas!! no la hace verdad. Y tampoco es que dude de ti jefecito, nomás que ya no soy una beibi y me cuestiono el derredor. Pero pss no hay purrun jefe, si tu dices que así pasó . . . Así pasó.
.